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ESTUDIAR EN CUARENTENA

Vamos sumando días en esta cuarentena prorrogada en dos ocasiones y que limita nuestra movilidad. Un imperativo legal de obligado cumplimiento y una exigencia que nos debemos, por responsabilidad, sensatez, ética y solidaridad.

La realidad con todas sus lamentables consecuencias de afectación en lo personal,  familiar y de entorno es algo que no podemos cambiar, pero sí intentar aprovechar de cada momento aquello que nos sea posible, una actitud  para adaptarnos y seguir. 

Hemos pasado de vivir el día a día cotidiano cargado con sus mil quehaceres, a una situación la  actual, en la que las circunstancias nos tienen confinados y nos permiten disponer de un tiempo, que por el contrario, siempre lo solemos vivir como recurso escaso.

Un recurso que hemos de intentar aprovechar buscando siempre las mejores condiciones  para hacerlo, usando la programación como modo eficaz de conseguirlo. Saber dosificar bien ese tiempo nos puede permitir obtener un aprovechamiento de la situación y en concreto si somos capaces de orientarlo  aplicando una parte del mismo a nuestra preparación como algo decidido que nos hemos planteado y que nos ocupa.

Hablando en términos generales y considerando que cada contexto personal va a tener sus particularidades, vamos a utilizar unos principios básicos de toda programación adecuándola al tiempo disponible en este actual aislamiento.

Para organizar un tiempo disponible lo primero va a ser determinar de cuanto disponemos y para ello diferenciaremos las fracciones distintas dentro del conjunto de actividades en que podemos dividir el día:

– Descanso físico y mental.

– Alimentación y aseo personal.

– Actividades externas, las estrictamente imprescindibles (trabajo o teletrabajo, este último en casa, compra, acompañamientos contemplados y permitidos….)

– Actividades internas de la casa (atención familiar, tareas domésticas, cocinar….)

– Ocio en la casa, comunicación en redes y demás recursos tecnológicos.

– Tiempo restante.

Es justamente para este último tiempo disponible, para el que podemos poner en marcha una propuesta de planificación para el estudio y tratar de ser lo más eficaces posible en aprovecharlo.

Estudiar en cuarentena aspectos a tener en cuenta:

– Creada tu propia rutina del día con las cosas que haces, procura intercalarlas para disponer de tiempo para todo.

– Busca un espacio a ser posible diferenciado y que te permita concentración.

– Sigue una programación del tiempo que destines al estudio.

– Marca objetivos posibles que te fijen contenidos según un ritmo de estudio y distribuye el tiempo. Sé lo que quiero estudiar, cuanto tiempo tengo y como lo distribuyo.

– Procura tiempos de estudio seguidos no inferiores a una hora ni superiores a dos horas.

– Los descansos entre 5 y 10 minutos oscilan según la persona pero una recomendación es utilizarlo cada hora y media y siempre introduce el descanso cuando notes pérdida de concentración.

De las 24 horas del día y dependiendo de si en el día existe o no jornada laboral, podemos contar entre 4 horas mínimo y 8 horas máximo al día para organizar nuestro estudio.

Es decir en una semana de 6 días de programación de estudio habrá entre 24 y 48 horas semanales disponibles.

Si partimos de dividir la programación en 5 etapas:

ETAPA

ACCIÓN A  REALIZAR QUE HACER

PORCENTAJE DE TIEMPO INVERTIDO DEL DISPONIBLE

HORAS INVERTIDAS POR SEMANA

1. Revisar y ordenar

Identificar, tener localizado, ordenado y sabiendo donde está ya sea en papel, documentos, aula virtual o videos, todo el material disponible de los temas, tema o parte de tema a estudiar.

Aproximadamente

5 % del tiempo semanal disponible

Entre 1 y 2 horas semanales.

2. Lectura comprensiva

Es algo más que una simple lectura. Es el tiempo invertido en entender y ordenar ideas de lo que estoy leyendoUna  revisión comprensiva de todo el material proporcionado ajustado al avance del curso. Reservar al menos una tercera parte de ese tiempo en revisar material anterior ya estudiado.

Aproximadamente

30 % del tiempo semanal disponible

Entre 7 y 15 horas semanales.

3. Estudio y Repaso

Sobre la materia que he trabajado tras la etapa 2,  esta etapa que denominamos estudio significa dar un paso más respecto a la anterior porque estudiar significa que una vez entendidos los contenidos, se tienen que memorizar para alcanzar un nivel más profundo de compresión de los conceptos, se tienen que fijar ideas, aprender clasificaciones, ordenamientos y datos. Cada opositor pueda utilizar: hablar en voz alta repitiendo, anotar, escribir en desarrollo, hacer sinapsis de lo visto, hacer resúmenes sintéticos, fichas o simplemente garabatear en papel palabras, frases, definiciones de lo estudiado.

Aproximadamente

(35 – 40) % de total tiempo semanal

Entre 8 y 19 horas semanales.

4. Realizar test

Es el modo de contrastar como vamos evolucionando en el estudio, sirve para comprobar si lo estudiado responde a los cuestionarios propuestos y poder ajustar algunos contenidos que no se habían trabajado suficientemente. Se están incluyendo todas las repeticiones de los test que podamos hacer. Se puede hacer la primera realización de test después de la fase 2 y las repeticiones restantes una vez concluida la fase 3 de estudio.

Aproximadamente

(5 – 10) % de total tiempo semanal

Entre 1,5 y 4 horas semanales.

5. Revisión de los test realizados

Comprobación de los fallos, uso de la retroalimentación que haya para asegurar las respuestas y su porqué y entrar a repasar aquellos contenidos que puedan haber quedado con dudas o que no hubieran sido estudiados suficientemente y que sí hayan aparecido en preguntas. Es la fase en la que se perfilan con más precisión los contenidos estudiados.

Aproximadamente

(15 – 20) % de total tiempo semanal

Entre 3,5 y 8 horas semanales.

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